domingo, 7 de noviembre de 2010

CUENCA 2016 Y +

REFLEXIÓN PREVIA:

La ciudad de Cuenca ha optado, en estos últimos tiempos, a ser declarada Capital Europa de la Cultura para el año 2016. Con el fin de vehiculizar todos los esfuerzos para conseguir ese objetivo se creó la Fundación Cuenca 2016. No obstante, a pesar de esos esfuerzos, a finales del pasado mes de septiembre el Jurado Internacional, encargado de la selección de la Capital Europa en 2016, decidió que Cuenca no siguiera en la “carrera” para organizar los eventos de ese año.

No es momento de “juzgar” absolutamente nada respecto a esa decisión, esencialmente porque esa reflexión no aporta nada positivo. Lo importante es saber si, a pesar de que Cuenca no podrá ser en 2016 Capital Europa de la Cultura, las ideas, el empuje de los diferentes sectores y personas involucradas, los proyectos, los debates que han nacido al calor del trabajo para la designación, son válidos para ayudar a definir un futuro de prosperidad para Cuenca.

Cuenca y su territorio, Cuenca y su espacio de influencia, desde una perspectiva global y territorial, son esencialmente tres conceptos básicos asentados en una percepción concreta de la realidad de la que, luego, emanan otros conceptos más simbólicos. Esa realidad territorial la configuran: el paisaje, el patrimonio y la cultura. Cada uno de estos tres conceptos se plasma en espacios concretos, asequibles y aprehensibles:

  • Un Paisaje único que identifica claramente a la ciudad instalada sobre y en torno a las hoces de los ríos Júcar y Huécar, y rodeada de bosques.
  • Un Patrimonio cargado de numerosos edificios singulares, de diferentes épocas, que configuran un patrimonio arquitectónico vivo que alimenta la calidad visual de la ciudad.
  • Una Cultura cuya actividad, que se despliega en la ciudad merced a contenedores culturales creados en el último medio siglo y a entidades y personas con gran potencial creativo, da un sello de calidad muy atractivo.
  • Estos tres conceptos esenciales que se plasman en la geografía visual de Cuenca han sido reforzados a lo largo de los siglos por la imprescindible dimensión temporal que ha definido la Historia local de la ciudad. La Historia, y por lo tanto la actividad humana a lo largo del tiempo, ha tejido y construido sobre la realidad física conquense una ciudad única e inconfundible.

Así pues, tal vez es posible iniciar un proceso de acumulación de fuerzas y energías propiciadas por el dinamismo del esfuerzo en pos de la candidatura para obtener la capitalidad Europea de la Cultura que venza cualquier atisbo de frustración y que genere un nuevo proyecto de definición de Cuenca como ciudad de futuro.

¿Se Puede plantear para la Ciudad de Cuenca, dotada de un instrumento de concertación y de trabajo integrado, como es la Fundación Cuenca 2016, y siguiendo el impulso del trabajo realizado para la “candidatura”, un trabajo concreto destinado a definir un Plan Estratégico de Viabilidad para la Definición de un Futuro Sostenible de la Ciudad?

¿Pueden ser los tres conceptos de los que se habla anteriormente, paisaje, patrimonio, cultura, los ejes mayores con los que tejer e implementar los instrumentos de un Desarrollo Sostenible y ejemplar?

GLOBALIZACIÓN Y CIUDADES MEDIAS.

En el marco del proceso mundial de globalización numerosos estudios hablan del factor competitividad como esencial al sistema. Y así debe de ser si consideramos ese proceso como una fase avanzada del sistema económico imperante a nivel mundial. Es decir, el desarrollo del capitalismo ha producido la fase de globalización y la competitividad económica es un rasgo esencial de funcionamiento del capitalismo. Así, en un capitalismo globalizado, la competitividad entre los agentes económicos es una característica básica de su funcionamiento. Ahora bien, varias cuestiones importantes aparecen bajo esas premisas:

¿Compiten las empresas entre ellas y las ciudades y territorios no son más que el espacio físico en las que se instalan esas empresas? ¿O se puede considerar también que, además, las ciudades pueden competir entre ellas para ofrecer un territorio más adecuado a las empresas competitivas? En esta segunda acepción los gestores municipales asumen un nuevo papel que, en esencia, consiste en gestionar la información para transformarla en conocimiento al servicio del desarrollo local.

Una política activa de puesta en valor del territorio de la ciudad de Cuenca aparece como una palanca funcional para el desarrollo de la ciudad.

En el contexto de la red de ciudades españolas, Cuenca ha aparecido siempre en una posición marginal esencialmente por dos razones concretas:

- La población de la ciudad de Cuenca es baja comparada con el conjunto de las ciudades españoles, es decir la “masa crítica” poblacional no genera las suficientes relaciones y encuentros comerciales y económicos para impulsar de manera potente el desarrollo de la ciudad.

- El aislamiento, considerado histórico, de un grupo de ciudades, entre las que se encuentra Cuenca, motivado por la debilidad de los sistemas e infraestructuras de relación física, esencialmente las carreteras y el ferrocarril.

Sin embargo, en los tiempos actuales, las condiciones deficitarias indicadas en este último punto que hace referencia al aislamiento, se quiebran inevitablemente gracias a las nuevas infraestructuras viarias (autovías) y ferroviarias (tren de alta velocidad) que favorecen los intercambios rápidos, de personas y mercancías, con ciudades muy importantes de la red nacional (Madrid, Valencia) y de la red regional (Toledo, Albacete).

Así unos nuevos elementos de reposicionamiento de la ciudad en el contexto territorial favorecen la posibilidad de replantear proyectos de desarrollo local para la ciudad de Cuenca.

En definitiva, si volvemos a retomar las ejes de fortaleza que ofrece el territorio: naturaleza, patrimonio, cultura, y si reflexionamos sobre el papel económico global que, en un mundo muy competitivo aporta Europa y que se refiere a la gestión del conocimiento, cabe preguntarse si Cuenca no tiene actualmente los ingredientes necesarios, teniendo en cuenta la existencia de un ente aglutinador como la Fundación Cuenca 2016, para trabajar y definir un Modelo de Ciudad Sostenible y Competitiva mediante la elaboración de un potente y moderno Plan de Desarrollo Estratégico.

CUENCA: Modelo de Ciudad Sostenible.

Más arriba se ha escrito que, históricamente, Cuenca ha presentado dos “debilidades”: el aislamiento geográfico, por la ausencia de infraestructuras rápidas, que acercaran la ciudad a lugares importantes de la red de ciudades española y la baja cantidad de población que no se ha podido convertir en una masa crítica suficiente para alcanzar los intercambios, comerciales esencialmente, que a su vez atrajeran nuevos intercambios y el consiguiente aumento de la población.

Se ha dicho también que, gracias a las nuevas infraestructuras, viarias y ferroviarias, la ciudad de Cuenca va a romper con esta sensación de aislamiento.

Ahora bien, ¿es preciso orientar el crecimiento potencial de Cuenca imaginando esas nuevas infraestructuras como “tubos” económicos que atraerán nuevas relaciones económicas y un gran crecimiento de la población? ¿No podría ocurrir lo contrario? Es decir, que esas nuevas infraestructuras “secaran” poblacionalmente aún más la ciudad de Cuenca en beneficio de otras ciudades más consolidadas económicamente en el marco de la red de ciudades? Esas nuevas infraestructuras, ¿ayudan a competir? En una competición abierta, ¿benefician a Cuenca o la marginan aún más en detrimento de los grandes polos de atracción? Los nuevos recursos humanos conquenses bien formados ¿no tendrán mayores facilidades aún para alejarse de esta ciudad y aportar su conocimiento a otras ciudades más grandes?

Tal vez esto último es inevitable en la dinámica cada vez más acelerada del intercambio de flujos entre nodos de ciudades. Los territorios y las ciudades compiten y para encontrar un lugar adecuado en ese mundo tan competitivo no se trata, tal vez, de competir con las mismas armas y en los mismos escenarios que el conjunto de otras ciudades. Tal vez lo adecuado es estudiar y aprovechar las nuevas oportunidades redefiniendo un espacio propio y único. Tal vez se trata de definir una estrategia que ponga absolutamente en valor, ante el escenario de la globalización, el lugar preciso y concreto que puede ocupar la ciudad de Cuenca en la red de ciudades regional, nacional y europea. Dicho de otra manera, es preciso definir la estrategia adecuada para dar a conocer la especificidad y especialización de Cuenca. Y la primera premisa en este sentido es preguntarse si Cuenca está dispuesta a optar por la cantidad o por la calidad.

Numerosos estudios conocen ya el modelo de ciudades que han optado, obligadas por las circunstancias del crecimiento económico, por el crecimiento basado en el aumento de la población. Es el caso de las ciudades “dormitorio” de los grandes cinturones metropolitanos. Con las nuevas dotaciones infraestructurales ¿podría darse en un futuro cercano una repetición de la tendencia en ciudades como Cuenca? Dicho de otra manera, cuando la distancia física ya no es un obstáculo y es el tiempo de desplazamiento lo que determina los correctos emplazamientos para el asentamiento de la población, ¿se puede apostar por acoger a nuevas poblaciones que pueden trabajar en la Región Económica del Centro Penínsular, es decir Madrid o en el litoral, es decir Valencia, y vivir o más bien residir en Cuenca?

Esto último puede ser una opción, pero poco probable y económicamente poco satisfactoria para la ciudad de Cuenca. En efecto la primera operación que habría que plantearse para conseguir que el territorio fuera lo suficientemente atractivo para la instalación en masa de cierta población es el abaratamiento del precio del suelo y de construcción en comparación con los territorios dónde esas poblaciones ejercen su función económica básica representada por el trabajo. Ese abaratamiento, además, debe de compensar el coste de los movimientos pendulares y diarios que tendrían que realizar esas poblaciones. En este caso Cuenca se dirigiría hacía un modelo de ciudad dormitorio alejado en el espacio del centro emisor pero cercano a él gracias a las dotaciones de transporte. A primera vista cuando, por ejemplo, el desplazamiento en tren a Madrid demorará una hora, a Valencia treinta y cinco minutos, a Requena quince y a Albacete treinta, Cuenca puede aparecer como un buen lugar dónde vivir, o ¿dormir?. Pero, se insiste, el precio de la vivienda debe de compensar ampliamente el esfuerzo.

Estos viajes diarios pueden ser una opción para ciertas personas y lo serán en los distintos sentidos, pero no aparece como un fenómeno nuevo y de masas que recreara nuevos espacios habitacionales.

Entonces, ¿porqué no retomar las premisas iniciales, Paisaje, Patrimonio y Cultura, y, teniendo siempre en cuenta la situación de Cuenca en un nuevo cronomapa que resitua a la ciudad en la red de ciudades del siglo XXI, y rediseñar la estrategia adecuada que, teniendo en cuenta las premisas expuestas, defina un Modelo de Desarrollo Sostenible y único? Esta es la gran oportunidad que se presenta: un crecimiento basado en la oferta de calidad y en un marco ideal de sostenibilidad ecológica y medioambiental.

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